No hay que ser sabios para admitir nuestros errores, y para mi suerte y desgracia, eres el único error que estoy segura que volvería a cometer. No contabas con que yo creería en tus palabras y yo no contaba con que tenía un corazón iluso y volátil, capaz de amar tanto y odiar a la vez. La próxima vez que te pases por mi mente; ¿podrías llevarte contigo el resto de nuestras memorias? Son un desperdicio de tiempo y de momentos que bien podría estar compartiendo con alguien más; alguien a quien amar sin necesidad de odiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario